A las madres y a la monitora del Taller de Cocina agradecemos su entrega desinteresada por esa magna merienda del Día del Libro que nos ha recobrado la memoria de que un poco de chocolate y tierno bizcocho forman también parte de la vida. Vuestra acción nos ha hecho sentirnos a todos y a todas un poco más felices y, por qué no, algo más niños. Un millón de gracias.