Los juegos inclusivos transforman nuestros patios en espacios donde todo el alumnado puede participar, disfrutar y convivir desde el respeto y la cooperación. A través del juego, se fomenta la empatía y se favorece la integración de todos y todas, creando un ambiente más cercano y positivo.
Dentro del aula, también se trabajan las emociones mediante actividades que ayudan a reconocerlas, expresarlas y compartirlas. Así, el alumnado aprende a gestionar lo que siente, fortaleciendo la convivencia y el bienestar emocional en el centro.
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